Me encontraba en aquella enorme casa de fiesta ,en ese sábado por la noche a las dos de la mañana. Todo parecía perfecto, la música sonaba alta, bailábamos, reíamos... Pero de pronto apareciste entre la masa de gente y las luces azules. El son de la música dejaba bailar mis extremidades al son de la canción, y de pronto vi tu pelo rubio y suave. Casi podía notar su tacto en la distancia. Tus ojos azules predominaban entre todos los de aquella habitación, y las luces de discoteca les parecía verse aún más brillantes que de costumbre. Solo quería escapar corriendo, pero a la vez quería quedarme y disfrutar por una vez. Giré la vista y vi una mesa de madera y unos sofás. Me acerqué sin saber muy bien por qué pero sí por qué motivo me acercaba. Un chico me ofreció una droga en forma de cápsula. Quería escapar de verte, quería escapar de mis pensamientos y quería probar nuevas experiencias.
A la media hora, pude notar poco a poco sus efectos. La música parecía fluir físicamente como un río, sus borbotones de agua musical parecían salpicarme de forma invisible, los besos con extraños parecían pinceles suaves bailando y pintando un bello cuadro dentro de mi boca. Todo parecía sencillamente perfecto, copas. drogas. música alta, euforia... Pero volví a verte de nuevo. Te observé como te lanzabas a otra chica que no era yo, la agarrabas de la cintura y la besabas. Corrí a esconderme a un baño y rompí a llorar. Aún no lo había superado, aún mi mente no se había dado cuenta de que nunca habrá un ''nosotros'' más allá de la amistad.
Salí a fumar un cigarro, la nicotina me hacía volar junto con los otros efectos de la droga que me dio el chico desconocido.
No entendía nada, me sentía muy confunda. Bebí lo que quedaba de mi vaso de un trago y fui adentro de nuevo. Era tarde, mucha gente se había ido, otros yacían dormidos en cualquier parte.
Yo hice lo mismo y para mi sorpresa, soñé contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario