viernes, 29 de enero de 2016

Silvia y sus demonios

Todo empezaba a tornarse extraño de repente. Notaba el frio correr por mi piel, cómo se me erizaba el vello y los escalofríos dominar mi cuerpo. Fruncía el ceño, ya que empezaba a oírlas otra vez... Miraba a todas partes y a ninguna.

- Debes matarte - Dijeron entre susurros - No vales nada.
- No, no es cierto - contesté insegura.
- Das pena. Molestas a todos a los de tu alrededor.
Imagen de Psycho, schizophrenic, and american horror story- Ellos me quieren, y yo les quiero a ellos.
- Eso no es suficiente. No eres suficiente, no deberías ni existir.
Me tapé los oídos con las manos, me cogí del pelo fuertemente.
- Callad... Callad...
Pero los susurros seguían dentro de mi cabeza. Y de pronto, apareció él.
- Si estoy aquí será por alguna razón. – dije
- Has nacido para morir. Cobarde, egoísta. Ni siquiera eres capaz de acabar con tu propia vida por el bien de los demás.
- ¿Soy cobarde...?
- Claro que lo eres, gorda de mierda.
- ¿Debo hacerlo? ¿Debo hacerlo?
Rodeé con mis brazos las piernas, era una forma de sentirme más segura, y comencé a balancearme sobre mi misma en el suelo de mi habitación de puro nerviosismo.

- ¿Silvia?- Seguía ausente, mirando al vacío. -¿Silvia, sigues aquí? – Volvió a preguntar mi psiquiatra del hospital. Le respondí con la mirada. Al relatar el hecho me había ido por completo.
- Háblame de ese ser. Tus amigos lo llaman Boggart, ¿verdad?
- Sí. Como en la película de Harry Potter. Pensaron que era una buena forma de llamarle.
- ¿Por alguna razón en especial?
- Sí. Un Boggart es una especie de ser que adopta la forma que más te aterrorice a ti mismo en especial, pero si le hechizas con un conjuro le ridiculizas, adoptando este otro aspecto y así ya no te da  tanto miedo.
- Entiendo... - Anotó en el ordenador sonriendo. – Y dime... ¿Qué aspecto tiene?
Mi cara empezó a cambiar hasta tener un aspecto serio. Le recordé en mi mente, y a duras penas le describí.
- Es... Alto, y muy muy delgado. Se le marcan las costillas, los hombros y las rodillas. Tiene la piel amarillenta y rugosa.
-¿Tiene cara?
- Sí... – Dije con la voz temblorosa – Sus ojos son grandes y redondos. Su boca es enorme y me sonríe desde lejos con sus dientes afilados y puntiagudos.
El psiquiatra apuntaba todo con gran velocidad, y no paraba de prestar atención a mis palabras.
- ¿Hay alguna forma de que desaparezca? – Preguntó curioso el médico.
- Ridiculizándole suele dar resultado. – Contesté.
-Cuéntame cómo le ridiculizas.
- Le imagino con las uñas y los labios pintados de rosa. Ah sí, y con un gorro de Papá Noel rojo.
Los dos echamos a reír levemente.
Me miró fijamente  respondió esa pregunta que nadie en la vida me había dicho ni esperaba que me dijese nunca.
Imagen de girl interrupted, movie, and sad- ¿Me prometes que te mantendrás con vida después de salir de esta consulta? – Y me tendió la mano. La miré tentadoramente. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza en ese momento. ¿Sería capaz de mantener mi palabra? Nunca pensé que algo tan sencillo de pronunciar sería tan complicado de realizar. Pero tras varios segundos, conseguí contestar.
- Lo prometo...- y tendí su mano a modo de promesa.
- Seguiremos trabajando el próximo día esto. Puedes volver a tu habitación. – Sonrió satisfecho.
Me levanté de la silla y salí de aquel cuarto acogedor. Siempre me encontraba liberada después de aquellas sesiones semanales. Pero no siempre era suficiente... Nunca es suficiente cuando tienes que convivir con alguien a quien odias a muerte dentro de ti mismo...

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