martes, 23 de febrero de 2016

Conduciendo hacia tu destino

Conduces a cincuenta kilómetros por hora por aquella carretera helada a consecuencia de los grados bajo cero frecuentes en ese mes de Enero. Aún no había nevado en ese jueves 17, y por suerte no había hecho falta poner cadenas a las ruedas.
Querías irte, escapar, dirigirte a ninguna parte, empezar de cero como si nada hubiera ocurrido, como si toda esa gente que te abandonó nunca hubiese existido.

Te detienes en un descampado de hierva escarchada fuera de la carretera, enciendes la calefacción y la cadena de música. Observas cómo la niebla se alimenta del ambiente y cómo los arboles se esconden tras ella.
Inspiras aire y luego lo sueltas poco a poco como significado de cansancio: cansancio de los problemas, cansado de aguantar, cansado de vivir. 

Bajas del coche y coges una cuerda del maletero. Observas el árbol que está en frente tuyo, ese árbol de ramas entrelazadas  gruesas en medio de aquel descampado, solitario, y poderoso a la vez. Atas la cuerda a la rama y te dispones a ponértela en el cuello, pero de pronto tu móvil suena. Es una llamada perdida y un mensaje:
''Hoy he preparado tu comida favorita, no tardes en volver. Te quiero''

Ese mensaje te hizo sonreír y recapacitar por un momento. Puede que todo no sea tan horrible, puede que incluso merezca una oportunidad al fin y al cabo...

martes, 9 de febrero de 2016

I want to disappear

Era una mañana como otra cualquiera, un día como otro cualquiera, y un mes tan frío como cualquier otro febrero. También se volvía a sentir como antes. Tan triste, tan sola, tan vacía y a la vez tan llena de dolor...
No podía apenas escribir, ni hablar, ni articular movimiento alguno sin que su cuerpo se sintiese como si pesase lo mismo que una pila de ladrillos.
Sentía como si en ese día su existencia no fuese de verdad, como si fuese una simple y pequeña porción de espacio ocupada por un cuerpo muerto por dentro.
Sabía que su desaparición del mundo llenaría el suyo ya inexistente de lágrimas, pero solo por un tiempo; sería por siempre febrero, pero solo por un tiempo...
''Aunque desaparezcas no dejará de llover, ni de lucir el sol, ni la gente detendrá sus vidas, todo seguirá igual''. Lo sé... En ningún momento he llegado a pensar que ello equivaldría a un cambio en el mundo, Solo soy una pequeña e insignificante persona, una de tantas, que al fin y al cabo, como todos, desperecerá y se sumirá en tierra, en un lúgubre y frío ataúd, tan frío como la Muerte.

domingo, 7 de febrero de 2016

Ella, luz tan pura; yo, incandescente soledad

En ese momento se alzó el sol en la mañana y de forma poco inesperada, apareció mi pequeña antagonista: la soledad. Pero de pronto una luz blanca y pura apareció de la nada. Sí, eras tú.
Tan escurridiza, tan preciosa a la vez, tan rítmica, como un ángel con dotes de diosa. Me quedaba embobado con tus movimientos Yo te alzaba del suelo y dábamos vueltas. Nuestros corazones palpitaban cuando nos juntábamos, pero de pronto desaparecías, regresabas  volvías a aparecer de nuevo. Era un círculo sin fin en el que no sabía cuánto iba a durar aquel sueño hecho pesadilla en su misma materia.
Se hizo de noche, y de nuevo me encontraba con la dolorosa soledad, pero en el reflejo de la luna, de una sombra blanca apareció tu cuerpo con unas alas de ángel enormes y tan bonitas como ella. Cayó sobre mi silueta dejando tras de sí un manto de plumas blancas como la nieva y ligeras como el aire.
Volviste a aparecer y esta vez tu silueta era táctil, real. Esta vez te quedaste, esta vez ya no eras de nadie, sino de ti misma y de los dos. Pero yo debía irme a pesar de que hacías revivir a mi corazón de una forma casi inaudita.  Yo debía dejarte para siempre...

miércoles, 3 de febrero de 2016

La noche


Ansío tanto a la noche, poder tenerla por siempre, poder tocarla, palparla, sentirla en cualquier instante...
La oscura noche: ese manto negro estrellado en verano, neblinoso en invierno, nublado en otoño, despejado en primavera.
La leve brisa gélida te azota la piel con su leve tacto y ese toque misterioso.
Y la luna, oh la luna, esa gigante plateada que parece observarte desde tu ventana, esa redonda y pura bolita que sujeta el cielo y que parecen los ojos de otra persona mirando con la misma intensidad que tú al cielo desde miles de kilómetros, pero conectados de alguna forma por este bello satélite que ilumina a los nocturnos.
La luna se podría asemejar a las personas. oscura pero con mucha luz interior, y a pesar de que se hacen ver los defectos y melancolías(es decir esas manchas que la hacen tener forma a la luna), cuando esta se ilumina, es lo mejor que podría existir en algo tan oscuro.