Vuelta al invernal diciembre,
fuera el otoñal septiembre,
frío y bufandas al frente,
besos y café caliente,
entre labios sedientos de
calor y amor de verano,
de agosto cálido,
de atardeceres dorados.
Sábanas frías y solas
de amor y de esas caricias
que tú a mí me brindabas,
que tú a mí me dabas,
Sábanas blancas y puras,
falta de amor, solitarias,
falta de abrazos, de afecto..
Mi corsaria, no te quiero,
pues el amor que yo anhelo
es el de otro muy distinto.
Quiéreme querido Siempre,
que yo soy Nunca y de
deseos vivo frecuentemente,
que por no saber amarte,
nunca llegué a tenerte,
que por demasiado quererte
no supe cómo comportarme,
que por miedo a perderte
no supe como vivir tranquilamente.
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